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Al contrato de Concesión de Alumbrado Público le han hecho 8 modificaciones, todas en contra del Municipio

Las concesiones que la Alcaldía de Valledupar ha suscrito a lo largo de los últimos años han sido noticia principalmente por la inoperancia con la que muchas de estas han actuado a favor de la ciudad, sin embargo existe una concesión que pese a que sus resultados han sido bastantes cuestionados se mantiene vigente.

Sin duda estamos hablando de la Concesión de Alumbrado Público, la única que contó con la protección del alcalde Socarrás quien en su administración se dio a la juiciosa tarea de desmontar las concesiones de Tránsito y Amoblamiento Urbano con el argumento de que, “estaban desangrando la finanzas de Valledupar”.

Por ese motivo Semanario La Calle se dio a la tarea de investigar cuáles han sido las modificaciones que se le han hecho al contrato de Concesión de Alumbrado Público desde el primer día que se firmó hasta la fecha, son ocho en total y como anticipo se puede decir que todos estos cambios han jugado a favor del concesionario y en contra de los intereses de la ciudad. Lo primero que hay que decir es que este contrato de concesión se firmó en el año de 1997 (194-97 Nº del contrato por 15 años) en el primer mandato de Elías Ochoa.

Así las cosas, la primera modificación se hizo el 1 de Diciembre de 2000, último año de gobierno de Jhonny Pérez Oñate, a la cláusula décima de dicho contrato, en ella se estipuló que los excedentes que quedaran del recaudo del alumbrado público debían pasar a manos del Municipio para que con estos recursos se le pagara a la interventoría, también debía usarse ese dinero para la expansión del servicio por la ciudad y usar una partida mensual de 42 salarios mínimos legales vigentes para el alumbrado navideño.

La jugada en esta modificación estuvo en que se libró a la concesión del pago de la interventoría, la cual era su responsabilidad, y con ello se perjudicó a la ciudad porque quedaban menos recursos para inversión pública, se podría configurar esta modificación como detrimento patrimonial.

El 6 de Marzo de 2001 se da la segunda modificación, en ella se hace un reajuste al contrato, en especial al rubro financiero, ya que la ciudad se encontraba en crecimiento y era necesario aumentar los recursos para mantenimiento y operación del alumbrado público de Valledupar, esto ocurrió en el segundo mandato de Elías Ochoa.

Ciro Pupo el que más mano metió

El 16 de Febrero de 2004 se realizó una nueva modificación a dicho contrato, esta vez fue a la cláusula número uno, allí se acordó que el valor de las expansiones en el servicio que fueran autorizadas por el Municipio y no alcanzaran a cubrirse con los excedentes del recaudo debían ser pagados por el concesionario siempre y cuando este último estuviese de acuerdo con realizar dicho pago, lo malo de esta modificación es que la concesión no fue obligada a realizar los ajustes financieros que fueran necesarios, lo que le dejó la puerta abierta al concesionario de hacer con los excedes del recaudo lo que bien quisiera.

Nuevamente el 20 de Agosto de 2004 se hace una modificación, otra vez se toca la cláusula número 10, lo ahí acordado fue que el Municipio de Valledupar tendría que retribuirle al concesionario el costo mensual del suministro, operación y mantenimiento del contrato de concesión, incluyendo el valor del consumo mensual de energía eléctrica del servicio de alumbrado público.

Pero además de ello el Municipio también le entregó al concesionario los derechos sobre el valor total mensual de la facturación y del recaudo del impuesto de alumbrado público, y además la Administración se comprometió en mantener el equilibrio financiero en caso de que el recaudo no fuese suficiente a favor del concesionario.

Igualmente se le adiciona al contrato la cláusula vigésima cuarta, en ella se habla sobre qué se debe hacer con los recursos que queden excedentes, además de las expansiones del servicio y el alumbrado navideño.

Cabe señalar que con la incursión de la nueva clausula los vallenatos nuevamente salen mal librados ya que se le recargan más responsabilidades al Municipio y se beneficia económicamente al concesionario, esto porque se le disminuye el ingreso por el excedente del recaudo del servicio ya que temas como: publicidad, información, relaciones con la comunidad, seguros, impuestos y contingencias pasan a ser responsabilidad del Municipio y que antes de la modificación eran exclusivamente de la concesión.

Pero esto no fue todo, una nueva cláusula fue adicionada, la cual se convirtió en la vigésima quinta, en ella quedó estipulado que el concesionario de manera directa, exclusiva, gestione, elabore y administre la explotación publicitaria de toda la infraestructura del servicio de alumbrado público incluyendo los postes, redes y circuitos exclusivos de este servicio y con estos recursos se debían destinar para el alumbrado navideño de la ciudad, la pregunta del millón es, ¿dónde están estos recursos?, porque Valledupar en los últimos años ha tenido muy poca vistosidad navideña, de hecho esta responsabilidad está siendo asumida por la empresa privada.

Finalmente la modificación cinco del 20 de Agosto de 2004 adicionó la cláusula vigésima sexta en la cual se estipularon los parámetros para la determinación de costos del contrato, nuevamente las responsabilidades quedan bajo los hombros del Municipio y la concesión con mayor libertad para operar los recursos del recaudo del impuesto.

El último año de gobierno de Ciro Pupo se hicieron más modificaciones, el 29 de Enero de 2007 se hace la modificación número 6, con los Acuerdos Nº 020 y 033 el Concejo de Valledupar de ese año le dio facultades al alcalde para que reformara financieramente el contrato de concesión y permitir la ampliación del servicio, pero se comprometió vigencias futuras para darle garantías a la concesión por un término no superior a 10 años. Con ello queda claro que se protegió al concesionario y se abonó el terreno para la prórroga.

La séptima modificación se hizo el 31 de Diciembre de 2007, en la cual se le adiciona al contrato original, la cláusula décima, los siguientes términos: el plazo de ejecución del contrato de concesión será conforme al flujo financiero proyectado para la reestructuración financiera del mismo planeado hasta el 2022. Es evidente que con este cambio en la cláusula mencionada se le hizo una especie de prórroga al contrato.

Finalmente el 31 de Agosto de 2012, ya en el mandato del actual alcalde Fredys Socarrás, se realizó la última modificación, nuevamente se toca la cláusula décima, este quedó de la siguiente manera: Forma y condiciones de pago: El contratante retribuirá el contratante (Alcaldía de Valledupar) retribuirá al concesionario el costo mensual del suministro, operación y mantenimiento del contrato, incluyendo el valor del consumo de alumbrado público el cual es facturado por Electricaribe nuevamente el concesionario salió bien librado y el Municipio con las mayores responsabilidades económicas.

Después de ver tantas modificaciones a un contrato de concesión quedan varias dudas, la primera la parsimonia de la autoridades de control frete a este tema, y segundo el por qué el alcalde Socarrás no fue igual de implacable con esta concesión que también está descalabrado la finanzas de la ciudad y que para el 2012 había recogido cerca de 57 mil millones de pesos que no se ven invertidos en la ciudad.

En la Alcaldía se hacen los sordos

Las inconsistencias con esta concesión han sido denunciadas ampliamente por varios líderes de la comunidad vallenata y desde la administración sus denuncias no han sido escuchadas.

Una de esas voces es Erney Galván, vocal de control en temas de servicios públicos de Valledupar, al respecto comentó que: “Esta concesión está muy deficiente porque ese impuesto de alumbrado público los vallenatos lo hemos venido pagando en la factura de energía en el 10% y no se refleja lo que se paga con lo que se ve en realidad, porque todavía siguen sectores muy oscuros”.

Otro que se expresó al respecto fue el concejal Ricardo Vives: “Es una concesión bastante dañina para el Municipio porque se le han hecho ocho modificaciones al contrato inicial y todas han sido quitándole carga y obligaciones de pagos a la Concesión y dándoselas a Valledupar”.

El concejal agregó que: “se amplió el plazo de la Concesión sin haberse terminado el tiempo del contrato y eso va en contra de la normatividad. Creo que no hubo voluntad política para afrontar esta concesión por parte de la Administración, porque los debates se hicieron el Concejo y la Comisión de Gobierno y Servicios Públicos y se demostró todas las inconsistencias jurídicas y legales y condiciones de inequidad en contra del Municipio”.

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