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EL FANTOCHERO,  GUAPACHOSO Y CONCHUDO

Vallenato de nacimiento, heme aquí, Luis Fernando Guerra Gómez de ancestros paternos oriundos de La Guajira como muchos aquí en esta particular ciudad, ¿particular? Si eso mismo, sin pena ni miedo de ser abucheado, ¿por qué? porque esta es una ciudad en donde se regodean tres castas: el FANTOCHERO, el GUAPACHOSO y el CONCHUDO.

¿Te ha pasado que vas caminando por la acera, diseñada la gran mayoría para que UNA persona vaya y otra VENGA, y que el fantochero vaya agarrado de la mano de su futura esposa, moza, amiga, prima (lejana o cercana) pero ambos van de ida o de venida, arrastrando todo lo que este a su paso, ambos van hacia donde dictamine la rosa de los vientos? ¿Te ha sucedido que vas conduciendo y un guapachoso, mitad conchudo, detiene el carro para recibir la visita de un fantochero en medio de la vía -primo y que ma vea- y los muy conchudos se enojan cuando suenas el pito de tu carro -pasa por arriba eche-, Nooo; ¿Te ha sucedido que cuando por minutos extensos estas esperando turno en una cola (no como en Venezuela por supuesto), y de repente sale un guapachoso mitad conchudo y se mete como todo estirado sin pena alguna y dice: “Señorita este esto aquello” y le dicen unánimes “Colado” y este se embejuca?  Nooo?, O por casualidad un conchudo taxista que cuando frenamos para que alguien se suba al carro, este en milésimas de segundos te suena el pito al punto de querer dejarte sin tímpano? como si ellos no sacaran producto del constante “subir y bajar” personas, Y qué tal de aquellos que por mostrar la casta fantochera non plus ultra, salen a buscar una aspirina a menos de dos cuadras de su casa en la nave (carro fiado) ocasionando el caos en movilidad, aquel mismo del cual se queja en las redes sociales.

Muchos hablan y pocos hacen, he ahí cuando el fantochero, el guapachoso y el conchudo se lucen, es un estatus que proliferó, algunos creen ser políticos, críticos y hasta cuenta chistes, en fin, es una cuasi anarquía alimentada por la falta de cultura, del respeto, del civismo, rechazando al que quiere ordenar el desorden, al punto de despotricar al que tiene la intención, aquí se ufanan de ser los “COSMOPOLITAN PEOPLE”, -plebeyos cuidado con estos herederos no los ofendáis-, pero cuando llegan estos a Medellín o a Bogotá verdaderas orbes, los ves calladitos y arrinconados, no se saben comportar, prefieren no salir solos, ni siquiera a conducir, si acaso respiran, porque todos lo hacemos, simplemente hay que inhalar y exhalar.

Esta es una ciudad llena de ellos, todos saben que es así, sobra el folclore, manifestación cultural, pero no el civismo, la cultura del comportamiento, aquí con el cuento del Vallenato con canciones de “La llamada clandestina, Que borrachera, La patineta Loca” están levantando una sociedad de “Borracachos” (Borrachos con cachos) un híbrido ser, y adivinen quien es el solapado? ¡Tarea!

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