Por: Marcos Gómez Calderón.
Una visión más ampliada del desarrollo territorial permitiría explotar con mayor eficiencia los recursos humanos, económicos, tecnológicos, sociales, culturales, naturales, ambientales e institucionales encontrados al interior de las dinámicas locales, aprovechando las potencialidades de acuerdo con las propias sinergias del territorio, sociedad e instituciones.
Por lo tanto, para la creación de estas sinergias, se requiere una regulación flexible con capacidad de atender, tanto las necesidades asociativas como las características propias de cada territorio, con el fin de generar una gestión política, económica y social, no solo eficiente para el territorio, sino para la población en general (Alvarez Garcia & Rendon Acevedo, 2010).
Partiendo de lo anterior, existe la discusión sobre el territorio, su incidencia y cuáles son los factores de desarrollo que permitirían articular las fuerzas productivas y potenciales desaprovechadas, con el fin de generar mayor calidad de vida para sus habitantes, pero también conservar el territorio de una manera responsable, amigable y sostenible en el tiempo.
En consecuencia, “…los territorios no son un factor de competitividad en sí mismos, más bien, cuentan con potencialidades que pueden o no ser aprovechadas, según las decisiones políticas que se adopten. Para que dichas decisiones sean eficaces como factor del desarrollo, debe existir una visión común del territorio” (Alvarez Garcia & Rendon Acevedo, 2010, pág. 39).
Por lo tanto, la transformación productiva del Cesar, debe tener una mirada desde el territorio, ya que el desarrollo de estos mismos, depende para hacerse real, una construcción de opción de vida para los pobladores, para los ciudadanos que la conforman y estructuran, con el fin de garantizar la sustentabilidad de los ecosistemas y que se pueda coevolucionar, teniendo en cuenta los elementos esenciales de cada espacio, incluyendo su historia, su geografía, sus potencialidades productivas, el turismo y finalmente sus relaciones sociales.
Finalmente, existen elementos importantes y que deben ser tenidos en cuenta para la transformación del departamento tales como: Fuerzas productivas, habilidades colectivas, potencialidades y bondades del territorio, características elementales del territorio como por ejemplo el turismo, las personas, la historia, su cultura y no olvidar que el Departamento del Cesar es un territorio con vocación productiva e histórica agrícola.