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PARQUES DE VALLEDUPAR… ¿POLÍTICA PÚBLICA O MERA INTERVENCIÓN?

Rumores de voces recientes se escuchan en Valledupar en una crítica intestina y acérrima en medios de comunicación, sin oportunidad de espacios de concertación, que sensibilicen el rol de intervenciones públicas de parques en el municipio de Valledupar como manifestación de una política pública diseñada.
Toda crítica es sana, siempre y cuando se permita confrontación de argumentos y se concreten acciones que solucionen procesos sociales conjuntivos tratados por la sociología urbana y la psicología social y comunitaria, para establecer caminos de mejoras en calidad de vida.
Para contribuir al debate, desde esta tribuna de opinión, esbozaremos argumentos que luego de conversaciones con funcionarios públicos, hemos podido inferir el deseo y la voluntad del hacedor de políticas públicas en el municipio de Valledupar, nuestro Alcalde Augusto Daniel Ramírez Uhía.
Primero, aclarar la distinción entre política pública e intervención pública. Lo que el común de la gente observa son acciones de intervención de una política pública, en este contexto criticamos la intervención, pero el rol y la responsabilidad del Alcalde mediante la estructuración y aprobación del Plan de Desarrollo Municipal, es precisamente el esbozo del conjunto de políticas públicas aprobadas por el Concejo Municipal para propender por el desarrollo y bienestar del territorio, en pro de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
El Banco Mundial y la Universidad de Nueva York adelantaron estudios de la dinámica poblacional, advirtiendo alerta del crecimiento exponencial de Valledupar, como receptor de población, por efecto del conflicto social en el nororiente colombiano, aupado a que la explotación carbonífera, ofrece oportunidad de generar ingresos a través de servicios que se ofrecen y se requieren y que no existían ante dicha actividad.
El Cesar y su capital, Valledupar, no se prepararon para el advenimiento de la explotación de recursos naturales no renovables, no se diseñaron políticas hacia el mejoramiento y construcción de bienes públicos, al convertir el Cesar en el principal productor de carbón en el país. Como consecuencia la inmigración poblacional generada por la explotación, formó desfases de los planes de gobierno territorial en metas de: vivienda, salud, empleo, saneamiento básico, educación etc., como las necesidades básicas más sentidas.
Revirtiendo esta falencia de otras administraciones, el Alcalde, utilizando estudios enunciados anteriormente y otros como Valledupar Cómo Vamos, en diagnostico en la estructuración del Plan de Desarrollo Municipal, Avanzar Es Posible, diseña la política pública, de “recuperación de espacios públicos” como estrategia recomendada por la universidad de Nueva York.
¿Qué involucra esta política pública, además de la recuperación? Implica: ampliar la oferta cultural inexistente, señaladas en encuestas de percepción ciudadana, ensanchar oferta institucional del Estado en escenarios deportivos, por falencias observables que no permitían su utilización, mitigar espacios de violencia, que aunque suene retorico, la cultura del ejercicio colectivo, como se observa en el Valledupar de hoy, evidencia la realización de políticas de salud pública que lleva aparejada la intervención de obras civiles en parques, ciclo vías y lugares de realización de deportes a campo traviesa.
La cultura del cemento no es una política pública, existen falencias en temas viales si, en alcantarillado pluvial, si, en saneamiento básico, sí, pero al realizar matriz de prioridad de la intervención en obras públicas para disminuir necesidades básicas Insatisfechas en Valledupar, puede argumentarse con fuerza, que propiciar mejoras de espacios públicos como la intervención en parques de la ciudad para que la comunidad realice apropiación y aprehensión, en proceso de generación de cultura ciudadana, no solamente mitiga efectos de este crecimiento exponencial de la población, de esa ola de criminalidad que trae acompasada, sino que permite, ambientes de formación de nuestros niños más sanos, volviéndolos amantes del ejercicio y el deporte, mejoran la salud pública en el territorio, le quita espacio a los mal llamados “parches” que agobiaban barrios y comunas y se embellece nuestro espacio vital mediante actividades de ornato a nuestro bello Valledupar.
Le corresponde al instituto de recreación y deporte, estructurar eventos deportivos con más frecuencia en el uso del espacio recuperado. A la oficina de gestión social y demás sectoriales diseñar eventos desde y hacia actividades con segmentos poblacionales como adultos mayores y demás, para una toma y pertenencia del parque.
Si la iniciativa privada se ha hecho presente como las actividades de “Lectura al parque” podemos desde lo público no quedarnos en la mera intervención, porque así las cosas, si tendrían razón los críticos, pero el convencimiento del alcalde, en procesos sociales de reconstrucción del tejido social, elevar índices de cultura ciudadana y el rescate de la familia como lo primero, requieren el acompañamiento de su equipo de gobierno y del empresariado y la presencia de la sociedad civil en la toma de parques para generar en nuestros hijos, cultura de tolerancia, convivencia mediante la lúdica y el deporte que estos bellos parques en nuestro Valledupar.

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