publicidad

publicidad

SIRIA: UNA GUERRA ENTRE MENTIRAS E HIPOCRESÍA

Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren.

La perversa guerra encarnizada en Siria, ha causado el mayor sufrimiento percibido por ser humano en los últimos cinco años, indiferente del bando o su participación directa. Esta guerra es el escenario de los medios de comunicación, que han priorizado otras noticias diferentes a la sombría tragedia, avivada por la hipocresía de las naciones inmiscuidas en el conflicto.

La auto publicidad tendenciosa y los rumores mal intencionados, son elementos relevantes para desplegar potenciales incidentes militares. Después del ataque norteamericano con misiles” tomahawk “, ordenado autónomamente por  Trump, sin considerar la adhesión del Consejo de seguridad de la ONU, se quiere inferir en la comunidad  internacional, la cierta posibilidad que la agresión química por Siria, sea una mentira materializada por rebeldes pro-occidentales y espías, en el juego de poder, que hizo voltear  la percepción del presidente de USA, cuando afirmaba en campaña, -de no participar directamente en el conflicto sirio, y así esquivar los errores gringos, incurridos por pisar suelo oriental en el pasado-.

Las mentiras proyectadas para influenciar en el conflicto fueron evidentes, luego de la devastación de Irak. Las recogieron del aire; EEUU y Gran Bretaña como hechos justamente básicos para tomar las decisiones que afectaron el curso de la guerra y aniquilar al “opresor” Sadam Hussein. Cae por su propio peso, la hipócrita concepción occidental de buscar la democracia para esta región, y permanecer imperturbables y congraciados, con muchos otros regímenes de oriente medio, que son autoritarios.

Han difundido como muy cierto, que  Al-Assad es el dictador brutal que se baña en sangre de opositores, que actúa sin piedad contra su mismo pueblo y es gestor de la destrucción de gran parte del país pero, también  es que, fue aliado incondicional de EEUU desde que Assad padre,- igualmente cruel dominador- parloteaba con Bush, sobre torturas, ejecuciones o encarcelamientos secretos y se ocuparon de entrenar milicianos y grupos terroristas, que hipócritamente se alimentaron y reprodujeron contra ellos mismos, extendiendo la violencia a civiles e inocentes. Criaron a Isis y ahora Trump tiene que ultimar su exterminio como Estado Islámico, que ubicado en Siria es como una guerra dentro de otra guerra y donde han cometido irracionalmente a nombre del fundamentalismo religioso, las más indescriptibles atrocidades contra cristianos, solo descabezadas por la maldad de Bashar al- Assad y su despótico régimen.

Dentro de este cinturón de hipócritas están los regímenes de Qatar y Arabia Saudita, que financian mercenarios exportados a Siria para derrocar al “tirano”, sin interesarles que agredan indistintamente las ciudades y contribuyan en su destrucción cultural y étnica, además favorecen a los talibanes responsables de hacer retroceder en el tiempo a Afganistán, la nación más afectada por la furia gringa, a pesar de subsistir distante de ofensivas como el 9/11.

¿Qué se puede comentar de los rusos?  que codician presentarse como ángeles guardianes, protectores del pueblo sirio y a la vez compinches de Al-Assad, puesto que ir en desacuerdo acarrearía detrimento de los intereses estratégicos, políticos y personales de Putin, y Rusia tiene allí, una gran inversión militar y económica.

Siria es la cancha múltiple en el que se desafían varios gigantes y a los palmarios poderes locales, que están en Irán, Israel, Arabia Saudita, Turquía, se les exigen actuar bajo alianzas contra posibles dominaciones yihadistas o la excesiva injerencia rusa/gringa, que podría convertir a Siria en una zona franca del terrorismo.

Es el lenguaje de la guerra direccionado a solo hacer ver lo que conviene a cada uno.

 

Deja una respuesta

publicidad

publicidad