La emblemática Calle Primera de Riohacha, considerada la vitrina turística y comercial de la capital guajira, atraviesa una de sus peores crisis. Los comerciantes del sector denuncian que las obras inconclusas, la falta de mantenimiento y la ausencia de un plan integral de recuperación han convertido la zona en un espacio poco atractivo para visitantes y compradores.
Según los afectados, la disminución en las ventas supera el 50 % en comparación con años anteriores. El deterioro del espacio público, la proliferación del comercio informal y los problemas de movilidad han generado un ambiente de caos que ahuyenta tanto al turista como al cliente local.
“Somos la cara de Riohacha, pero nos sentimos abandonados”, aseguró uno de los vendedores que lleva más de dos décadas en la zona. La situación, advierten, no solo afecta a los comerciantes, sino también a la economía de la ciudad, que depende en gran medida del turismo.
A ello se suma la falta de diálogo entre el alcalde Genaro Redondo y los empresarios del sector. Los comerciantes reclaman mesas de concertación donde se planteen soluciones de fondo: mejoramiento de la infraestructura, regulación del espacio público, campañas de promoción turística y garantías de seguridad.
Mientras tanto, la Primera de Riohacha, que debería ser símbolo de identidad y desarrollo, se ve atrapada en el abandono institucional. La incertidumbre crece entre quienes, con esfuerzo, sostienen sus negocios y esperan que la administración local asuma la responsabilidad de recuperar este espacio vital para la ciudad.
Las promesas de la alcaldía
- Proyecto de mejora ambiental y paisajística
En noviembre de 2021, bajo la alcaldía de José Ramiro Bermúdez Cotes, se radicó un proyecto para intervenir el entorno urbano de la Calle Primera (buques verdes, zonas verdes etc.) con recursos de la sobretasa ambiental.
Aunque no es de la administración actual, este antecedente muestra una preocupación institucional por mejorar la estética y el ambiente de esa zona.
- Diálogo y reubicación en el viejo mercado
En junio de 2025, los habitantes y comerciantes de la zona del “mercado viejo” han elevado peticiones de intervención debido al deterioro, olores, vertimientos y condiciones de insalubridad.
Lo que es posible interpretar de sus declaraciones
El alcalde reconoce los problemas de salubridad, movilidad y deterioro físico en zonas comerciales como el mercado viejo, lo que puede estar ligado al contexto de la Calle Primera.
Se evidencia intención de intervenir o mejorar mediante obras públicas, reubicaciones u otras medidas, aunque la implementación parece encontrarse en fases de diálogo o planeación.
También aparece como compromiso por parte de la administración llevar adelante acciones que dignifiquen la labor de los comerciantes, modernizando espacios. Aunque, en algunos casos, las expectativas son altas y los comerciantes demandan que esos compromisos se concreten sin más demoras.
El drama de Graciela, la artesana Wayúu de la primera
Graciela Jayariyú tiene 10 años de haber llegado a vender sus tejidos Wayúu a la Avenida Primera, de Riohacha. Los periodistas de La Calle la conocieron el año pasado y hasta el Semanario publicó una crónica de ella. Resulta que la semana pasada, Graciela se volvió a comunicar con el periódico y envió un mensaje desesperado.
“Yo, como una de las artesanas que hacen vida aquí, que lucho el día día para mi sustento, tengo esa inquietud. Y qué pasa con el turismo porque nuestro representante Riohacha (el alcalde Genaro) no nos dice nada. Señores periodistas, regresen, pregunten, miren, caminen para que vean cómo está Riohacha. No solo es acordarse un momento porque la ciudad tiene playa, tienes cosas que pueden atraer al turismo: hay hoteles y tiene un aeropuerto. Sólo es algo de una mujer Wayúu trabajadora se pregunta: qué pasa con Riohacha. Los turistas llegaban antes y cada uno de nosotros les vendíamos nuestras artesanías, ahora esto está solo. Nos preguntamos entre nosotros dónde están nuestros ángeles. Sólo nos respondemos ‘ya deben venir cerca’. Esa es nuestra respuesta para animarnos los unos a los otros que estamos aquí”, escribió.
“Dios permita que el alcalde y el gobernador nos tenga en cuenta”: Graciela Jayariyú
Y, entonces, aterrizó en algo más concreto. “Bueno, Dios permita que el gobernador y el alcalde nos tengan en cuenta porque los artesanos de La Primera tenemos esa inquietud sobre nuestro espacio. Es que, en estos momentos, ya se está trabajando con el proyecto del malecón y no nos han dicho qué van hacer con nosotros. No nos han socializado nada. Vivimos en una zozobra porque nadie ha venido a decirnos qué va a pasar con nuestro trabajo artesanal. Uno ve que trabajan y trabajan en el nuevo malecón, que encierran con láminas de zinc para trabajar, pero no nos dicen absolutamente nada sobre si nos reubicarán, si nos dejarán aquí”.
Está ahora en Medellín, pero tampoco le ha ido bien
El Semanario La Calle trató de ubicarla en Riohacha el pasado viernes, pero no estaba en la capital guajira. “Ahí le cuento: recogí unas mochilas y me vine a explorar a Medellín, por Antioquia, pero le cuento que no he vendido mochila, vea y me vine completita justo con el pasaje de venida, confiando en que aquí haría el de regreso, como no tenía más, sólo pensando en mirar otro horizonte, pero no es como lo pensé yo en medio de mi desespero en busca de mi sustento y de mis hijos. Acá es diferente a Riohacha: el espacio público no me dejó y yo no tengo cómo regresar a Riohacha”.
Es la primera vez, desde que llegó a la capital de la península colombiana, que salió a buscar mundo, guiada por el desespero, pero no le fue bien. Lo cierto es que no es la única de sus compañeras artesanas que le ha tocado emigrar a otras tierras en busca de un mejor presente.