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ICBF hace llamado a alcaldes a que adopten medidas para evitar niños lesionados con pólvora

Mientras entre 2013 y 2016 los registros en las festividades de fin de año rondaban los 400 casos, para 2017 y 2018 los datos estuvieron por debajo de los 300 casos.

Con un llamado a los alcaldes para que regulen y controlen la fabricación y uso de la pólvora, la Directora General del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Juliana Pungiluppi, lanzó en Medellín la campaña nacional para evitar que niñas, niños y adolescentes resulten lesionados con pólvora durante las festividades de fin de año.

“Necesitamos del apoyo decidido de los mandatarios locales tanto en ejercicio como los electos para que, de acuerdo con lo establecido en la Ley 670 de 2001 y el Decreto 1181 de 2015, regulen y controlen la fabricación, almacenamiento, expendio, transporte, distribución, venta y uso de pólvora, artículos pirotécnicos o fuegos artificiales. Sobre todo que recuerden la prohibición expresa de vender pólvora a los menores de edad”, señaló la Directora del ICBF.

El reto como sociedad es seguir bajando las cifras de menores de edad lesionados con pólvora. Mientras entre 2013 y 2016 los registros en las festividades de fin de año rondaban los 400 casos, para 2017 y 2018 los datos estuvieron por debajo de los 300 casos. “Debemos mantener esa tendencia decreciente. Para lograrlo hago un llamado a los padres de familia a estar atentos de sus hijos y a que adopten las medidas de seguridad en espectáculos que incluyan fuegos pirotécnicos”, sostuvo Juliana Pungiluppi.

“Si dejamos a los niños, niñas y adolescentes manipular pólvora estamos exponiéndolos a que sufran quemaduras, intoxicaciones, lesiones en sus cuerpos, mutilaciones e incluso provocarles la muerte. Cuando permites que los niños usen pólvora, nada queda para celebrar en estas fiestas”, agregó.

Cabe resaltar que en caso de que un niño resulte lesionado con pólvora, el ICBF les recuerda a los padres de familia o cuidadores la importancia de acudir inmediatamente a los centros de salud, para evitar que se agrave el estado de salud del menor de edad.

“Como miembros de una comunidad tenemos el deber de evitar que los niños manipulen pólvora. Nuestra obligación es advertirles sobre los peligros a los que se exponen, contactar a sus adultos responsables y notificar a las autoridades para que actúen. Y como el ejemplo empieza por casa, en nuestras familias renunciamos a toda tradición que requiera el uso de pólvora”, destacó Juliana Pungiluppi.

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