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Las EPS no acaban con el viacrucis de los pacientes con cáncer en el Cesar

El cáncer es una enfermedad que para quien la padece resulta ser difícil de aceptar, sobretodo difícil de llevar, y como si la enfermad no fuese suficiente, aparecen algunas EPS que hacen mucho más tortuoso el camino para los enfermos, esas que se han vuelto el enemigo número uno de millones de colombianos.

Estela Serrano Ostios, de 42 años, es una de esos millones de colombianos que hoy padecen de las precariedades del sistema actual de salud, a ella le detectaron cáncer de mama con metástasis pulmonar en el 2016, de inmediato inició su tratamiento por su enfermedad con CajaCopi EPS , a la cual es afiliada; sin embargo, la usuaria manifestó que el tratamiento con dicha entidad ha sido toda una tortura, puesto que desde un inicio ha tenido muchas restricciones para acceder a las quimioterapias que son esenciales para poder controlar la enfermedad.

“La EPS CajaCopi a la que pertenezco, fueron los responsables de que mí enfermedad haya avanzado tanto por el vaivén en el que metían de un lado para otro, además, que los primeros médicos de la clínica con la que contrató la entidad para que me trataran la enfermedad me realizaron fue una cuadrantectomía, dejando rastro del tumor, y la enfermedad avanzó hasta los pulmones. La EPS ni siquiera se justificó por su mal proceder, más que ya no se podía hacer nada, es así que por medio de una tutela logré que mi tratamiento fuera trasladado hasta Sociedad de Hematología y Oncología del Cesar, donde me hicieron una mastectomía radial para retirarme el seno, mejorando mi salud también a través de las quimioterapias”, dijo Estela.

Pero el viacrucis de Estela Serrano con Cajacopi no ha terminado, puesto que en los últimos meses ha tenido que realizar viajes contantes hasta Santa Marta, donde le realizan los exámenes de ventilometria, para controlar y analizar si el cáncer que padece no ha crecido afectando otras partes del cuerpo, pese a que, en Valledupar existe la Unidad Oncológica del Cesar donde le pueden prestar ese servicio, algo inaudito e inhumano.

“A ellos no les importa las condiciones en las que uno este, si uno tiene o no tiene plata, ya  que dicha EPS solo me cubre el viatico de terminal a terminal y no me da para moverme dentro de la ciudad. Esos exámenes ya tengo más de un mes que no me los hago, puesto que la última vez que estuve en Santa Marta, en la Clínica Mar Caribe no me hicieron nada justificándose que hacía falta una inyección que me protege el corazón, haciendo perder mí tiempo y dinero”, advirtió Estela.

Desesperada mientras contaba su historia, Estela asegura que se vio obligada a mudarse a Valledupar con sus tres hijos menores de edad, acató que Cajacopi juega demasiado con el tiempo de los pacientes sin importar el avanzado estado de su enfermedad.

Nelly Montagut, otro caso

“Son siete años los que tengo padeciendo y controlando un linfoma no hodgkin de células grandes, un cáncer que comienza en los glóbulos blancos. También son sietes años en los que la EPS Salud Total, a la que pertenezco, ha sido pésima prestadora de sus servicios, hace poco más de un mes tuve nuevamente una recaída por lo que otra vez estoy pasando por las quimioterapias, tras esto mí médico tratante me autoriza el trasplante de médulas, cirugía que no se ha podido hacer porque la EPS no la autoriza”, este es el testimonio de Nelly Montagut Ríos, quien manifiesta la desatención en salud que están sufriendo por parte de la EPS Salud Total.

Con un turbante que cubre el poco cabello que tiene, Mongo Ríos cuenta que hace más de un mes Salud Total debió darle la orden para viajar hasta Barranquilla a realizarse la operación de trasplanté de medula, para esto cuenta con una tutela, pero ni así la EPS autoriza, además indicó que para dicho proceso su diario vivir se ha convertido en toda una odisea, puesto que le toca levantarse desde las cuatro de la mañana para poder apartar una cita médica o bien sea para que le autoricen los medicamentos que, en muchos casos no se los entregan completos, además que le toca hacerlo de pie por largas horas.

“Una persona con esta enfermedad no debe andar pasando por esa situación, cuando se supone que somos pacientes con prioridades, fuera de que somos personas con pocos recursos, le hacen gastar a uno una cantidad de dinero que con esfuerzos le toca buscar”, aseguró.

¿Quién controla a las EPS?

En vano está quedando el esfuerzo de la casa departamental por sacar adelante la Unidad Oncológica Hermes Pumarejo Hernández, ya que después de 20 años de estar abandonada y con la que se esperaba atender cerca de 7 mil personas con cáncer del departamento, la mayoría de las EPS continúan jugando con los pacientes y no contratan los servicios con la unidad.

La unidad se puso en funcionamiento en abril del 2018 y entró en funcionamiento luego que se hiciera una alianza público-privada con el consorcio Oncología Integral del Cesar, de la cual se ve beneficiado igualmente el Hospital Rosario Pumarejo, pero pese a contar con tecnología de punta hoy no cuenta con pacientes porque las EPS que prestan sus servicios en el departamento no los han contratado, prefiriendo enviar a los pacientes a otras ciudades.

En ese orden de ideas, en la lista de EPS que juegan con la integridad de sus pacientes con cáncer están: Ambuq, Nueva EPS, Salud Vida, Coomeva, Sanitas, Salud Total, Medimas y la Fundación Médico Preventiva.

Vale la pena resaltar que, más allá de los equipos tecnológicos con los que cuenta la Unidad Oncológica para atender los pacientes con cáncer del departamento, entre los que se destacan el Tomógrafo Siemens Somaton Scope, equipo de carga diferida para tratamientos de braquiterapia de alta tasa de dosis (hdr) y el acelerador lineal clínico Unique para tratamientos de radioterapia, en esta IPS cuentan con el personal calificado para estos procedimientos.

La pregunta del millón que queda en el aire es cuando estas entidades, que deben velar por el bienestar de sus pacientes, harán bien su trabajo.

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