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Una alianza conveniente

En medio de intentos de sabotaje, aplazamientos y unos presuntos intereses por dilatar la elección de la mesa directiva 2022, la corporación eligió los nuevos líderes del Concejo de Valledupar; sin embargo, detrás de esto se tejió una nueva alianza que decidió pararse en la raya para ser quienes tomen las riendas de lo que será a partir de ahora el nuevo rumbo de la administración municipal.

Como sacada de una película de netflix se dio la elección de la mesa directiva para el año 2022 del Concejo de Valledupar, toda vez que detrás de esta se tejió más de una estrategia y una inminente derrota que dejó a algunos concejales tristes y aburridos. Todo empezó con una traición que se orquestaba al interior de la corporación y que llegó al olfato de Carlos Daza Lobo, jefe de la oficina de Gestión del Riesgo del Departamento, lo que desprendió lo que hoy es la ruptura más grande que enfrenta la corporación municipal. La Calle conoció detalle a detalle de cómo la coalición mayoritaria se quedó sin aliados y terminaron siendo seis en medio de la nada.

Aquí empieza la historia

Para empezar a desenredar esta pita que días atrás tenía más de un nudo, se debe ir al año 2019, aparecen dos protagonistas, el alcalde de Valledupar Mello Castro González y Carlos Daza Lobo, quien para ese entonces era un líder político más y haciendo uso de astucia aprovechó la coyuntura política que había tras la pérdida de Ernesto Orozco y jaló a varios de los concejales electos para armarle la coalición al alcalde; objetivo que logró sin problema alguno, toda vez que varios de ellos, inexpertos en el tema, decidieron buscar sombra en el árbol más frondoso; hasta ahí se pactaron varias cosas, entre esas la presidencia de la corporación para cada año del actual periodo administrativo, quedando de la siguiente manera: primer año partido Cambio Radical, segundo año Alianza Social Independiente, tercer año la Unidad Nacional en cabeza de Jorge Daza y cuarto año Por Ti Valledupar.

Los compromisos pactados se fueron cumpliendo, así las cosas, algunos corporados que al inicio no se unieron a la coalición decidieron ir buscando orilla, al punto que los únicos en oposición terminaron siendo cuatro: Guido Andrés Castilla, Mariam Muvdi, Jorge Pérez y Jorge Pana, así trascurrió el primer año, llegó el segundo y los compromisos siguieron su curso pero el descontento de los concejales en coalición empezó a notarse, todo porque quienes realmente venían recibiendo beneficios eran los ‘viejos zorros’, el mayor de ellos Jorge Luis Arzuaga, seguido de Luis Fernando Quintero y Manuel Gutiérrez, a quienes las espuelas no les cabían en los pies, al parecer quedaron tan llenos que no les dio espacio para compartir con quienes les seguía las parrandas a cambio de nada.

Llegó junio de 2021, y según el reglamento entre junio y julio se debía elegir la nueva mesa directiva para la corporación, es decir medio año antes de la posesión; a partir de este anuncio empezó la ruptura marital que había entre los concejales en coalición, puesto que, al aproximarse el tercer año, tiempo en el que según el acuerdo de año 2019, le correspondía la presidencia al partido de la U, en cabeza de Jorge Daza, tanto Quintero como Arzuaga sintieron pisada de gigante al tener claro que quien asesoría al joven inexperto sería por supuesto su hermano, el exconcejal Carlos Daza, lo que representaría que el ‘trio maravilla’ perdiera el canal directo con el alcalde y los beneficios que a la fecha han recibido, por supuesto se vinieran abajo.

Con base en esto empezó a dibujarse la traición, fue así como el ‘trío maravilla’ empezó a venderle la idea al alcalde de no montar a Daza como presidente de la corporación para el próximo año por varias razones, entre esas, que Jorge se movía de acuerdo a lo que su hermano Carlos Daza le dijera, y que nadie desconocía que este pertenece a la casa Gnecco, además que su nombre suena como posible candidato a la alcaldía de Valledupar, lo que al Mello Castro, por supuesto le disgusta, además de este argumento, le sumaron que el tener el control de la mesa directiva el próximo año era fundamental en el proceso electoral al Congreso que se aproxima, colocándose así las rodilleras ante el alcalde, afirmándole que el respaldo sería absoluto para el candidato del representante a la Cámara Eloy ‘Chichí’ Quintero y el senador José Alfredo Gnecco, con estas dos razones el alcalde cedió.

Teniendo vía libre, los ediles que hasta hace poco eran los ‘mandacalla’ de la corporación empezaron su recorrido para lograr convencer a los concejales de la coalición o en su defecto hacer un nuevo grupo en su intención de elegir un presidente que no fuera Daza, plan que se vino abajo cuando el ex corporado y hoy jefe de la oficina de riesgo del Cesar llegó a la defensa de su hermano.

Fue así como en conjunto con el concejal Guido Castilla empezaron un trabajo de unidad para que los planes del trío maravilla se vinieran abajo, así las cosas, ya eran cinco de este lado, los cuatro que siempre estuvieron en oposición y Daza. Ante este panorama y aprovechando la coyuntura política que se dio al interior del concejo, los demás concejales abrieron vela y decidieron respaldar la nueva coalición, llegando a la adhesión: Eudes José Orozco, Thelma Gómez, Ronald Castillejo, Joserth Gómez, Wilber Hinojosa y Pedro Loperena, convirtiéndose así en una mayoría de 11 concejales.

Después de esta alianza empezó la puja, por supuesto el objetivo eran los concejales, estando firmes seis de un lado y cinco de otro, volaban el resto. Según se conoció las propuestas fueron tantas que tanto secretarios de despacho como jefes de entes descentralizados intentaron seducir a algunos corporados, entre esos Guido Castilla, de quien se puede decir es uno de los grandes ganadores en esta ruptura, toda vez que pasó de ser uno de los menospreciados a liderar junto a Carlos Daza, el rompimiento de la alianza mayoritaria de la corporación municipal.

Dentro de las victimas que deja este episodio está el joven concejal, Manolo Fernández, quien al ser el primer vicepresidente de la corporación debió iniciar la sesión del concejo el pasado 26 de junio ante la ausencia del presidente, sin embargo, este prefirió callar y hacer caso omiso; hoy los audios de dicha sesión son materia de investigación por parte de los organismos de control.

Del otro lado aparecen los que van para donde corra el río, tal es el caso de Wilber Hinojosa, quien el año pasado no había terminado de arreglar el lío de su elección cuando ya se había puesto las rodilleras ante la coalición, hoy es uno de los que deja atrás el viejo grupo y se une a la mayoría, puesto que, si de oportunidades se trata, ahí está él en primera fila. En el mismo escenario aparece Joserth Gómez, elegido por el movimiento de Ernesto Orozco y fue de los primeros en abandonar el barco y llegar a la coalición del Mello Castro, hoy luego de ser utilizado decide unirse sin problema alguno al grupo que a partir del pasado 30 de junio manda la parada en el concejo de Valledupar.

 

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