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Víctimas de abandono forzado por presión paramilitar recuperaron el predio

A 17 kilómetros del municipio de El Copey se encuentra el predio restituido de José Correa y Amelia Fontalvo. La familia, que este año cumplió 20 de su desplazamiento, llegó a sus tierras en compañía de una de sus hijas, a quien en la época de la violencia le tocó huir para salvar su vida.

Ahora, en la familia Correa Fontalvo hay nuevos integrantes. Se trata de los nietos, las personas que, según ellos, impulsan las ganas de seguir adelante. “Son grandes las ilusiones que tenemos al regresar al terreno de donde salimos hace mucho tiempo. Gracias al Estado nuestra familia empezará de cero para forjar el futuro de nuestros nietos”, afirmó José.

Estos beneficiarios retornaron a su predio gracias al compromiso de la Unidad de Restitución de Tierras, entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, entidad que la asesorará en la implementación de un proyecto productivo.

“Aquellas personas que regresarán a sus predios tendrán un incremento en la productividad y competitividad en la región. El Cesar cuenta con más de 20 mil hectáreas sembradas en proyectos agrícolas, las cuales tiene que ver con ganadería doble propósito, palma de aceite, piscicultura, cacao y café entre otros”, afirmó la directora de la Unidad de restitución de tierras (URT) en Cesar y La Guajira, Claudia Manotas.

El Alto Tribunal de Cartagena comisionó al Juzgado Segundo en Restitución de Tierras a realizar la entrega del predio denominado «El Edén», de 34 hectáreas. Asimismo, ordenó a la Alcaldía de El Copey condonar las sumas causadas desde el hecho victimizante hasta la sentencia de restitución por concepto de impuesto predial, tasas y otras contribuciones, relacionadas con el predio reclamado, entre otros beneficios.

El hecho que causó el desplazamiento de los Correa sucedió el 24 de julio de 1999, cuando un grupo paramilitar llegó a la parcela preguntando por el hijo de José quien, al no aceptar irse con ellos, fue asesinado. La incursión de los paramilitares en la zona no solo ocasionó asesinatos selectivos, sino que también generó el desplazamiento forzado de las víctimas.

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