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ANÓNIMOS OFENSIVOS, FORMA DE COMUNICACIÓN DE LOS VILES Y COBARDES

El documento anónimo es una de las armas más sucias, deshonestas, inmundas e inicua de que se tenga noticia en toda la historia de la humanidad; es una venganza mental y material que el mediocre ejercita contra alguien a quien le tiene envidia por no estar el envidioso ubicado en el lugar del envidiable; sin embargo detrás de esos escritos subrepticios y purulentos se mueve un pensamiento mordaz, cínico, descarado e indigno que causa mucho daño a quienes involucra en forma inerme porque logra resquebrajar la sensibilidad de la misma naturaleza del ser humano.

La labor de quienes escriben anónimos ofensivos es mucho peor de la que hacen los gusanos o carroñeros que destruyen un cadáver, porque quienes reciben el desequilibrio emocional por la difícil situación en que lo colocan, no saben quien ni de donde es atacado, por ello es que los primeros causan más daño que los segundo porque éstos actúan sobre seres humanos vivos, mientras que los carroñeros destruyen a quienes ya no sienten por sustracción de materia.

La carta furtiva irrita el temperamento de quienes ayudan a la formación de un núcleo de bienestar social para mejorar condiciones generales de vida y equidad, porque ellos no pueden ser indiferente y sonreír ante una carta sin firma, escudada en el anonimato con un contenido cínico y vergonzante, fruto de la cadaverina de quienes tienen la conciencia en descomposición.

Esos escritos de contenido satírico que se imprimen clandestinamente son contentivos de delaciones que muchas veces resultan ser injurias y calumnias o simplemente anuncios de aspectos que corresponden al fuero intimo y personalísimo de cada ser humano, por ello a pesar del desequilibrio emocional que causan por la desazón de su contenido secreto, no dejan de ser más que aves indeseables de mal agüero.

Quienes se dedican a la emisión de pasquines o cartas furtivas son generalmente individuos que se sientan en las puertas hacía la calle de los barrios miserables para mirar pasar el tiempo y con él las oportunidades; sin embargo las personas que tanto bien le hacen al país en la búsqueda de un mejor estar de la colectividad en general, son víctima de la miseria que se esconde en el papel anónimo y cobarde de estos ponzoñosos vampiros malolientes.

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