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COLOMBIA, UN PAÍS QUE PERDIÓ LA CABEZA

Nuestros ancestros le hablan a las nuevas generaciones de las guerras bipartidistas que les tocó vivir en aquella época cuando liberales y conservadores se peleaban en las calles por el poder por sus ideales, por una causa llamada país, y quizás algunos decimos, ¡que fea aquella época!, sin embargo, en la actualidad vivimos una guerra peor, impulsada no por dos partidos, sino por una manada de politiqueros, que detrás de una red social alientan una guerra con el único fin de resguardar los intereses de sus patriarcas, esos de saco y corbata que se roban, desangran, asesinan y siguen libres comprando conciencias, jueces y magistrados con tal de seguir delinquiendo.

Estamos en un país donde una noticia como la salida de Gustavo Petro del país a pasear por Disney, tiene más eco que los asesinatos de líderes sociales, las chuzadas e intersecciones ilegales que apuntan a que serían orquestadas por este Gobierno, ese mismo que alza los impuestos a los más pobres, y poco le importa que al país se lo esté tomando la guerrilla poco a poco, y que hoy los departamentos del Chocó, Nariño y Norte de Santander estén sitiados por las disidencias de la guerrilla.

En Colombia es más importante un viaje de Petro fuera del país, que las hojas de vidas de los amigos del gobierno para ser ministros u ocupar cargos del orden nacional. Hoy vemos con sorpresa como el tema de las chuzadas salió de la parrilla de los noticieros, y como ni en los medios escrito se habla del tema, como si fuera un caso menor que dentro de una institución del Estado se compren equipos de alta tecnologías para hacerle seguimiento, principalmente a la clase política opositora o a magistrados que llevan los casos del hombre intocable de Colombia.

Hoy Colombia es uno de los  países de Latinoamérica que más paga impuesto, pero no crece en desarrollo, el analfabetismo reina en las regiones apartadas, las vías terciarias son un fiasco, y si lo quiere comprobar, al presidente y su gabinete lo invitamos a que venga a las zonas rurales de los municipios del Cesar, pero no en avión ni en helicóptero como siempre lo hacen, por las vías terciarias para que se unten de pueblo y sientan lo que siente un campesino a la hora de salir de su finca con sus productos o ir a los colegios de la vereda, donde muchas veces ni los profesores pueden llegar, entonces la pregunta es ¿para qué se paga tanto impuesto?, ¿para los mismos ricos de siempre?, esos no son otros que los dueños de los bancos, los financiadores de las campañas.

Este es un país que perdió la cabeza el día que dejó de luchar por sus ideales, y cuando hablo de país, hablo del ciudadano de a pie, hablo del asalariado que se conformó con pagar un peaje cada 40 kilómetros en unas vías que no sirve para nada, cuando dejó que la mayoría de productos de la canasta familiar fuera marcada con el IVA, mientras todo esto pasa y las masas siguen siendo eso, masas, los gobernantes seguirán abusando del pueblo.

Por qué tanto silencio por parte del gobierno referente al asesinato de líderes en Colombia, y principalmente a los reclamantes de tierra, ¿se repetirá la historia del gobierno de Álvaro Uribe Vélez?, donde por un lado promulgaba la seguridad democrática y por otra era señalado por la Corte Suprema de Justicia de aliarse con paramilitares para asesinar y masacrar inocentes.

Ya es hora que Colombia vuelta a tomar el rumbo, el pueblo debe de entender que el continuismo por muchos años es malo y unos de los espejos más grande que tenemos es Venezuela, y aunque el uribismo junto al actual presidente se la jugaron en campaña con el discurso de que no iban a permitir que Colombia se convirtiera en una Venezuela, hoy estamos ad portas de serlo. A Colombia nunca la ha gobernado la izquierda, siempre han sido los mismos apellidos elitistas de la derecha los que han gobernado, entonces ¿por qué señalan a la izquierda de la situación que vive el país?

 

 

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