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El cura de Becerril dejó en la calle a su tío de 73 años

Tal parece que para algunos no hay temor de Dios que valga, ni principios éticos y morales que les lleve a cumplir de forma correcta con lo que se le dispone en la vida, sobre todo cuando hay dinero de por medio.

Tal es el caso del cura párroco del municipio de Becerril, Danilo Freyle, quien mientras todos los días profesa del amor de Dios y la buena conducta que se debe tener, en las eucaristías que ofrece en la parroquia del municipio de Becerril desde hace diez años, detrás esconde sus negocios nada santos, los cuales lo han llevado a sobrepasar su familia.

En Villanueva, La Guajira, ciudad natal de él y su familia, existe una propiedad de Ana Acosta quien al fallecer, dicha vivienda pasó a ser de sus cuatro hijos, la cual fue dejada a la administración del cura, quien es nieto de la propietaria, confiando en sus principios como hombre de Dios y de quien esperaban actuaría justamente con esta propiedad. Lo que no esperaron fue que hiciera su negocio y el día menos pensado se apropiara de la misma y dejara sin techo y a la intemperie a uno de sus tíos.

“Nosotros pensamos que como ministro de Dios iba a ser imparcial, se quiere quedar con la casa a la cual tienen derecho los hermanos Elina Acosta, que era la mamá de él, Rosa Acosta que es mi tía, Luis Silvestre Acosta que es mi tío y mi papá que se llamaba Carlos Rafael Acosta, que son los propios herederos por ser los hijos, lo dejamos como administrador de la propiedad para que repartiera todos los meses de los alquileres entre las partes que le tocaba, un mes mi tía Ocha, otro mes a él, un mes a mi tío Luchito y un mes a mi papá, pero el señor tomó todo se fue para Becerril y no supimos más de él”, aseveró Carlos Acosta.

Así es la cuestión

“El señor cura párroco Danilo Freyle se quiere quedar con la propiedad de nuestra abuela, despojando a mi tío Luchito, una persona de 73 años que siempre ha vivido en la propiedad, mi tío tuvo una necesidad y fue a donde él cómo su sobrino y como administrador de los bienes de nuestra abuela, que si le prestaba dos millones de pesos, él accedió, pero dijo que tenía que firmarle una letra, mi tío le dijo que no tenía ningún problema, le firmó, el señor cuando nos dimos cuenta ya le había hecho escritura a la propiedad a nombre de él, hablamos con él porque no lo vimos con buenos ojos que lo dejamos como administrador de la propiedad y hoy en día aparece como dueño con escritura y todo, la cual es ilegal. Hoy en día me doy cuenta que a mi tío, un anciano, lo echan de la propiedad, le hicieron lanzamiento, cuando llegó no estaban sus enseres, se los dejaron en la puerta”, afirmó Acosta.

Arbitrariedad

“Eran tres visitas y la inspectora del municipio con una sola que le hizo a mi tío fue y le hizo el lanzamiento, yo me pregunto dónde están los derechos de las personas de la tercera edad, cuál es el respeto y el amor que este cura tiene por la humanidad y por su familia, es un usurero y no debe ser ministro de Dios, se le pide al Obispo que tome medidas con este señor. Tenemos un proceso porque son dos casas y los herederos deben ser los tíos de nosotros”, aseveró Carlos Acosta.

¿Quién dice la verdad?

El octavo mandamiento de la ley de Dios dice no levantar falsos testimonios ni mentir, pero con el párroco acusado no se sabe si afirma o miente, pues en el momento de abordarlo, con una actitud tajante precisó en lo que para él es la respuesta del asunto, “yo tengo las escrituras”.

Así, sin mayores explicaciones el cura repitió: “Yo tengo las escrituras de la casa, usted venga y le presto las escrituras, yo no sé más nada, yo ahora estoy ocupado y no puedo hablar del asunto”, contestó Danilo Freile a este medio de comunicación, y sin más explicaciones colgó.

Sin embargo esta versión no concuerda con el documento de Libertad y Tradición expedido en el mes de Marzo de este año en el municipio de San Juan, La Guajira, en la que la Oficina de Instrumentos Públicos certifica que la poseedora de dicha propiedad es Ana A. Acosta según escritura 220 del 3 de Noviembre de 1954.

Por su parte la hermana del sacerdote, Daisy Socarrás quien al parecer también hace parte del ‘bololó’, asegura que la vivienda es suya y que si procedió de esta manera fue porque no tuvo opción y la pelea la empezó el señor Luis Acosta.

“Desde el año 2013, yo tengo una propiedad en Villanueva Guajira y ahí estaba viviendo con mi consentimiento un tío mío, yo ya le había dicho que iba a construir, cuando me llegó la plata yo le avisé, él me dijo que se iba a mudar, mi intención no fue sacarlo así, yo le dije que se podía quedar cuidando los materiales, pendiente de los trabajadores y esas cosas, un día fui y encontré el material regado, yo dije hay que tumbar una pieza para guardar los materiales, le dije al albañil que le dijera a ‘Luchito’ que necesitaba ese cuarto y pasó que él se fue para la Inspección de Policía y me empezó a mandar citaciones” manifestó Socarrás.

Sigue el lío

“La primera fue a mi hermano, porque dijo que el padre lo estaba dejando en la calle, después a mí, por vías de hecho me paró la obra que hasta la fecha está paralizada, yo fui a la Inspección de Policía a averiguar qué era lo que él denunciaba y me dijeron que lo que pedía era una casa para vivir, entonces él tiene sus hijos, nosotros somos sobrinos, no tenemos la obligación”, afirmó Daisy Socarrás.

Sin embargo la historia no termina ahí, “yo me fui por las buenas, en la Inspección no hicieron nada, me fui al juzgado, previa conciliación, el proceso se inició, él anda con unas escrituras viejas que dice que es de un poco de gente y se le dijo que iniciara el proceso de sucesión pertinente, no inició nada, yo presenté el proceso reivindicatorio, este proceso se presentó en el año 2013, yo tenía licencia de construcción, este proceso terminó con una sentencia a favor mío, ellos la apelaron y la confirmaron, o sea que siguieron dándome la razón a mí, la ejecutoria se retrasó porque se fue apelación pero quedando ejecutoriada esta sentencia lo que procedía era la salida de él que no se salió voluntariamente y el viernes pasado lo lanzaron y él cómo lo lanzaron está arremetiendo contra Danilo, que es mi hermano”, acotó Socarrás.

Lo que genera confusión es por qué si las escrituras hablan del señor Danilo Freyle como dueño, Daisy Socarrás es quien da la cara y asevera ser ella la propietaria, sin embargo al mostrar los documentos quien aparece es el señor Freyle como lo manifestó Carlos Acosta.

Además de eso, la manera de responder al cuestionamiento de por qué realmente habían sacado a Luis Silvestre Acosta de esta propiedad pudo develar que sería un problema más allá de lo económico, “no lo dejamos allá porque si a ti te buscan te encuentran, él actuó de mala fe, él no tenía por qué haberme parado la obra a la fuerza si habíamos acordado que él podía seguir viviendo allá, si esa escritura tiene algún valor que la hagan valer ante la ley, están en campaña de desprestigio contra mi hermano”, afirmó Daisy Socarrás.

Así mismo insiste en que sea a través de los términos legales que se defina la situación, pues ella afirma que las escrituras que los denunciantes tienen son falsas y de no ser así, deberían proceder a pelear bajo estos términos.

“Si él cree que tienen derecho pueden interponer las acciones legales pertinentes, ese documento era con una falsa tradición, solo mi hermano y Danilo allá le hemos metido mano a esa casa, todo el tiempo Danilo como yo hemos velado por este señor, Danilo le prestó dos millones de toda la plata que le dio se le ocurrió decirle que firmaran esa letra, pero él le dio más de eso”, afirmó.

Sin embargo Carlos Acosta insiste que están sobrepasando la ley, que son los documentos del sacerdote los falsos que fue él mismo quien se vendió esa propiedad sacándole escrituras para así quedar como único dueño de la propiedad.

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